Crónicas Matemáticas - Casi perfecto

 Casi perfecto

Lunes, a las 11:50. Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la UANL.

–¿Cómo te fue?

–Pues creo que bien, pude resolver todo el examen –dijo Alexandro.

–¿Cómo resolviste el problema 2? el de la serie con el coseno.

–Ah, primero utilice las propiedades del valor absoluto para acotar la función coseno, y después utilice el teorema de estricción para encontrar el limite.

–Ah vaya, no se me ocurrió, pero si pude contestar todos los demás.

–¡Excelente! Espero nos vaya bien a todos. Creo que por fin sacare mi primer 100 en “Sucesiones y Series” –dijo Alexandro mientras se despedía de sus compañeros de clase.

 

Mientras caminaba hacia la parada del autobús, Alexandro iba repasando en su cabeza cada demostración y respuesta que había puesto en el examen, convenciéndose cada vez mas de que sacaría un 100 limpio. Después de todo, había estudiado bastante para su examen.

 Feliz y con la conciencia tranquila de haber contestado correctamente, Alexandro regreso a su casa y disfruto de esa calma que se siente después de una semana difícil. Esa sensación agradable de que crees que aun tienes algún pendiente, pero te das cuenta de que no es así y por fin puedes descansar.

 

Pasaron dos días, y la maestra aun no entregaba resultados. Algo normal en cualquier otra materia, pero, en particular, esta maestra se distinguía por entregar exámenes al siguiente día de presentar y esto, empezaba a generar tensión por los resultados. Al tercer día, Alexandro se sentía tanta impaciencia por ver su resultado, como quien ya sabe cuál será su regalo de cumpleaños y solo espera el momento para abrirlo.

 

Era costumbre de la maestra, dar los resultados en los últimos 5 minutos de clase. Para Alexandro, el tiempo transcurría lento, pero por fin se sintió tranquilo cuando la maestra saco los exámenes de su bolso.

–Abraham... Miguel… Perla… Edgar… Alexandro… Pedro… Isidro …–decía la maestría, mientras cada alumno se paraba a recoger su examen.

Cuando Alexandro paso por su examen, noto una ligera risa en el rostro de la maestra.

–debe ser por mi 100 –pensó, mientras regresaba a su asiento y esperaba el momento de victoria para voltear su examen y comprobar su calificación.

 

Cuando por fin regreso, se sentó en su banco, volteo su examen y se encuentro con una curiosa nota.

–¿94? ¿en qué me equivoque? –pensó mientras ojeaba el examen en busca de su error.

Inmediatamente, fue a los problemas que el recordaba mas complicados para ver su calificación, pero se encontró con la sorpresa de que estos, estaban correctos. Al seguir buscando, escucho la voz de la maestra con tono bromista.

–¿Ya viste en que te equivocaste?

–Aun no maestra –contesto Alexandro mientras seguía en su búsqueda, hasta que por fin encontró una gran tacha roja en medio de un procedimiento que él consideraba sencillo.

Al poner atención, encontró lo que tanto buscaba: su error.

–¿4 al cuadrado es 64? –dijo Alexandro en voz alta.

La maestra rio.

–¿En qué te equivocaste? –pregunto Edgar.

–Puso que 4 al cuadrado es 64 en medio de una demostración, no lo puedo creer.

–Lo siento Alexandro, te perdiste el 100 –dijo la maestra.

 

El salón rio mientras continuaban comparando sus calificaciones.